Según la Organización Internacional del Trabajo, casi 21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso, un negocio que mueve 150.000 millones de dólares al año.
La esclavitud moderna y la trata de personas en el Reino Unido es un problema mucho más frecuente de lo que se pensaba antes, con “decenas de miles” de potenciales víctimas, informó la semana pasada la Agencia Nacional de la Delincuencia (NCA).
Will Kerr, director de vulnerabilidades de la NCA, se refirió a una amplia gama de casos descubiertos en el país, desde una banda de delincuencia organizada rumana que se dedicaba a la publicidad de prostitución en línea y el lavado de los ingresos, hasta una niña de 12 años traída al Reino Unido para llevar a los niños a la escuela. Otros ejemplos incluían a los que trabajaban en lavaderos de autos, en la construcción, en la agricultura y el procesamiento de alimentos, así como en prostíbulos o en plantaciones de cannabis.
Las víctimas provienen predominantemente de Europa oriental, Vietnam y Nigeria, con un equilibrio entre hombres y mujeres. Kerr señaló que aunque no sabemos “la escala completa y la extensión” del problema, “en cada ciudad de mediano a gran tamaño” se ha encontrado evidencia “de que personas vulnerables son explotadas”.
El problema de la esclavitud no solo se agudizó en el Reino Unido, sino también en el conjunto de la Unión Europea, que registró el mayor aumento de la esclavitud en el mundo en el 2017.
El índice anual de esclavitud global presentado el pasado jueves por la empresa analítica británica Verisk Maplecroft confirma que el riesgo de trabajo esclavo en la agricultura, la construcción y otros sectores aumentó en toda la región. De hecho, en 20 de los 28 Estados miembros de la UE la puntuación ha empeorado desde el 2016, recoge ‘Reuters’.
Según la Organización Internacional del Trabajo, casi 21millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso, niños incluidos, en un negocio que mueve 150.000 millones de dólares al año. A nivel mundial, Corea del Norte mantiene el primer puesto en cuanto a la mano de obra esclava.
El índice de Verisk Maplecroft clasifica a Rumanía, Grecia, Italia, Chipre y Bulgaria como los países con mayor mano de obra esclava dentro de la UE, haciendo hincapié en que todos son puntos de entrada claves para los inmigrantes en la región.
“La crisis migratoria ha aumentado el riesgo de que los incidentes de esclavitud aparezcan en las cadenas de suministro de las compañías en toda Europa”, apuntó Sam Haynes, analista principal de derechos humanos de Verisk Maplecroft.
“Resulta que la esclavitud de hoy es más rentable de lo que podría haber imaginado. Las ganancias por esclavo pueden oscilar entre unos cuantos miles o cientos de miles de dólares al año”, estima el experto, agregando que “la vida humana se ha vuelto más prescindible que nunca”.
Los esclavos “pueden ser adquiridos, explotados y desechados en períodos relativamente cortos y aun así proporcionan grandes beneficios a sus explotadores”, mientras que “la deficiencia en la respuesta global a la esclavitud ha permitido que esta práctica persista”, lamentó Kara citado por el diario ‘The Guardian’.